Lo abstracto.


-En sus viajes de ensueño, él se iba al infinito. Y no hay modo de saber qué era lo que él veía en ese infinito. Debes tomar en cuenta que él iba a sus viajes de la misma manera que un animal salvaje merodea en busca de alimento. Un animal nunca llega a un lugar donde haya señales de actividad; sólo llega cuando no hay nadie. Un ensoñador solitario visitaba, por así decirlo, el basural del infinito cuando no había nadie. Y copiaba todo lo que veía. Pero nunca supo si esas cosas tenían uso o de dónde provenían.

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El cojo del bosque sacrílego

Soy el idóneo, el ídolo retrasado
y bajo un pie casi reivindico mis derechos,
los de mi bestia que me debe todo,
incluso el corazón, los de mi nariz
demasiado corta para ser una pierna...

este mundo es ágil!

También cojeo a falta de otras cosas,
aunque podría hacerlo mucho mejor